Trigésimo octavo nocturno
La cola del barrilete se enreda en el almanaque cuando los días se amalgaman, por semanas fundidas, en meses mezclados de años. Y no es caprichoso... Tiene que ser así. La estrella de flecos zumbadores debe cabecear, girar y tirar del hilo hasta que la piola se corte... ¡Sí...! Eso, no tiene discusión.
Cómo vas a preguntarme ¿por qué?
Acaso, ¿no sabés que el barrilete es un sueño de pibes?
¡Claro, amigo mío, como las ilusiones...! Y entendélo viejo... Una ilusión, aunque se pierda y más no sea, te salva.
No sé por qué tengo que explicarte todo.
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