sábado, 12 de junio de 2010

Nocturnos, en clave de ausencia

Trigésimo sexto nocturno

La vida. Un plagio del arte. Decoraciones ideales. Obras imaginativas donde la existencia se hechiza, metiéndose en el interior de la belleza, para crearse de nuevo.
La niñez. Eso que logra hacerse indiferente a los hechos. Inventando, soñando e imaginando.
La adultez. Días confusos. Épocas en que existir se convierte en un brusco giro apoderándose del arte, ahogándolo en un tirabuzón de engaños, sumergiéndolo en el pecaminoso desierto de las flaquezas humanas...
Desaparición de las ilusiones. Aprender que la naturaleza en lugar de ser el todo que nos creó, más bien es el fruto de nuestra propia creación. La vida, simplemente se despierta en nuestro cerebro y las cosas terminan siendo miradas sin verlas cuando el ser no descubre la belleza. El hombre existe sólo si en sí conserva un hálito de niño.

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