viernes, 21 de mayo de 2010

Nocturnos, en clave de ausencia

Vigésimo noveno nocturno


Perfección...
Seres perfectos que no existen. Porque serían marginados. Para ser amado, se necesita ser imperfecto.
El negocio de vivir tiene idénticos créditos para todos. A la vera del arroyo de la vida van asidos de la mano el bien con el mal y la culpa con la ingenuidad. Se camina por orillas, barrancos y cañones diferentes, con precipicios tan profundos como fríos y misteriosos...
Buenas y malas acciones al alcance de las manos. Las buenas simplemente son las esperanzas que el hombre pone en cada hombre. Las otras son las actitudes solapadas.
Actitudes. Las que se cometen y las que nadie puede cometer. Acciones que sembrando sospechas hacen que los hombres caigan sobre los hombres. Postura de los soberbios, de los que creen ser perfectos, de los que piensan haber logrado el plano de la omnipotencia caminando en un espacio que no les corresponde, en la dimensión que sólo le pertenece a Dios.

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