Sexagésimo cuarto nocturno
Es bueno ponerse sentimental... es una forma de reparar en que mientras transcurrió la vida los momentos se escapan, inmensa y pausadamente, por debajo de un paraguas transparente arrancado, de los dedos de una mano débil, por los vientos otoñales que no sé si, en realidad, nos pertenecen... un viento que llega de un cielo que, de cielo, quizás tenga muy poco...
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Dueño de una gran sensibilidad, es bueno ponerse sentimental o como se le dé la gana, porque la lluvia en los paisajes otoñales de la mente, lava las heridas y corre los cortinados de la costumbre y el tiempo. Muy bellos Nocturnos, como disparos al infinito desde una base plena de vida. Muchas gracias, querido amigo, por escribirlos y espero que siga.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Ser sentimental eleva, el alma canta y logra tocar lo que otros no saben, tener los sentimientos a flor de piel me habla de vida, de humanidad de tolerancia y de bienestar espiritual; amigo, no todo lo que está a la moda es bueno es por eso que lograr emotividad es obtener un beneplácito superior, la paz y la alegría. Me complace volver a tus letras.
ResponderEliminarmepm
Gracias, Jeni y María Eleonor por sus hermosos y sensibles comentarios. En realidad pensé en que era tiempo de dejar de escribir estos Nocturnos pero prometo ante tan sentidas apreciaciones seguir creando y llevándolos, escapados de mi pluma y del papel, al blog.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para cada una.
Jorge.