domingo, 14 de noviembre de 2010

Nocturnos, en clave de ausencia

Sexagésimo noveno nocturno


Le dije que debía ausentarme por un tiempo y no me pidió explicaciones. Supe que esperaba que sucediera. Al darse cuenta de que algo sospechaba inclinó la cabeza para que la besara en la frente. A mí... a mí, sólo me esperaba el trabajo que, muy de vez en cuando, hacía cuando el dinero se acababa... a ella la disgrega una pasión diferente. Apretó los labios escondiéndolos, como lo hacía desde hacía un tiempo... me separó de su cuerpo pensando en otra cosa. Buscó un compacto y lo llevó al equipo... lo encendió y puso la música... una de esas que jamás escuchamos juntos... simplemente me convencí de que no volvería a verla... salí de la casa, cerré la puerta, la llovizna me empapó la cara y... y, como si el rostro se disolviese, bajo cierta flacidez se debilitó el cuerpo... pensé en mañana... mañana estaría lejos, sin rumbo fijo y, como de costumbre, sin dinero ni esperanzas... sabía que pasado mañana le ataría una cinta al pasado y que al tercer día volvería a estar contento... porque, seguramente, como pasa siempre habré hallado otro par de buenos pechos donde recostar y secar el llanto de mis excusas y... ¿por qué, no?... haré silencio... guardaré mis secretos y... y, ¡Bah!... mujeres faltan... historias y cuentos sobran.

5 comentarios:

  1. Aprecio (y felicito) tus escritos, tus relatos ¿tus confesiones? Hay un ritmo delicioso y un contar íntimista que -necesariamente- vuelve cómplice al lector. Felicitaciones.

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  2. Todo un punto y seguido...
    En un respiro se lee tu prosa, diáfana y sensible al casi casi tacto.
    Me alegro de al fin haber encontrado donde comentarte...ya ves que yo también soy aprendiz de todo...
    Enhorabuena.
    En el camino estamos.
    Un abrazo

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  3. intimista y con tanta fuerza que la mirada no se desvia de tu nocturno ni un segundo, tiene garra y me deja atrapada en el
    Un abrazo Jorge
    Stella

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  4. Me introdujo en su propia reflexión con música de tango.Me movió desde la sorpresa a la incertidumbre para resucitar al tercer día, sin mujer, sin plata y, por lo del consuelo, sin camisa.
    http://enfugayremolino.blogspot.com
    Acompañaré como Nº14

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  5. Atractiva manera de contar una triste perspectiva de la vida. Yo tambien creo en el tercer dia. Un saludo.

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