jueves, 21 de octubre de 2010

Nocturnos, en clave de ausencia

Quincuagésimo noveno nocturno

En una de esas largas filas que hacemos en los Bancos para pagar algún impuesto, un hombre que estaba detrás de mí le decía a un amigo que lo acompañaba que: ¡sí!, que él la había amado mucho... que tenía la certeza de que si el paraíso existe la volvería a encontrar pero, cuando eso pasara, seguramente que cada cual seguiría su camino sin siquiera mirarse ni dar vuelta la cara... maduré en mí y calculé cuántos años me faltarían para llegar a pensar como él... en fin.

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