Quincuagésimo noveno nocturno
En una de esas largas filas que hacemos en los Bancos para pagar algún impuesto, un hombre que estaba detrás de mí le decía a un amigo que lo acompañaba que: ¡sí!, que él la había amado mucho... que tenía la certeza de que si el paraíso existe la volvería a encontrar pero, cuando eso pasara, seguramente que cada cual seguiría su camino sin siquiera mirarse ni dar vuelta la cara... maduré en mí y calculé cuántos años me faltarían para llegar a pensar como él... en fin.
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