martes, 21 de septiembre de 2010

Nocturnos, en clave de ausencia

Cuadragésimo noveno nocturno


No sé en qué recodo nacen, ni en que rincón se esconden esas cosas por las que el universo nos atraviesa... lo que sí sé es que nunca mueren, ¡son eternas! Y siempre reaparecen. Nadie, por más fuerza que tenga, puede arrojarlas lejos porque... porque son un boomerang. Las cosas y las causas vuelven con toda su masa... con todo el peso en unidades de dolor a través de la inercia de las tristezas.
¿Por qué será que son tan pocas las alegrías pintadas en la tela del vestido de la vida? Supongo que la estampa la confecciona el Cosmos; porque en él hay demasiados e inmensos espacios fríos que destemplan estrellas... ¡Sí, claro que sí!, Indefectiblemente, así es la tela del vestido de la vida.
En la mañana, posiblemente, me olvide de estos pensamientos... y mis cosas del insomnio, ¿por qué, no?, quedarán flotando escondidas en el recodo del universo de estos nocturnos en clave de ausencia.

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