domingo, 20 de diciembre de 2009

Nocturnos, en clave de ausencia

Decimocuarto Nocturno

La luz, a veces, aparenta ensombrecerse en el espacio dando dimensiones complejas. Amarillas. Una sepia, pincelada con vientos, en la que los relojes escapan, librándose del seno del torbellino, para caer en un oscuro precipicio de tiempo.
Existen muchos días, algunas semanas y otros meses inexplicables. Épocas enhebradas en un vestido de cosas sobre las que, sin comprenderlo, lloramos o reímos con los ojos opacos. Abismalmente abiertos.
¿Y la luz?
¿Y los relojes?
Está claro que la luz y los relojes volverán a ser claridad y tiempo. Porque así es todo en la vida. Regresarán algún día, escalando sobre sus mismas caídas sinuosas. Trepando pétalos marchitos guarecidos bajo un jirón de tormentosas nubes.

De mi libro “Historias en La Mayor (Cuentos que cuentan cuentos)”.
Obra editada y presentada en el año 1998 en la ciudad de Zárate, Bs. As. Y, en el año 1999, en la Feria del Libro en la ciudad Autónoma de Bs. As.

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