En las noches de insomnio me pregunto…
¿Por qué el tiempo en mi espacio fluye sólida y astilladamente si los relojes de arena son capaces de mantenerlo confinado en un dilatado recinto de cristal...?
¿Por qué el tiempo en mi espacio fluye sólida y astilladamente si los relojes de aguja y sol son capaces de mantenerlo prisionero en un circuito plano limitándolo a ceñirse aburrida y progresivamente entre doce números que se repiten indefinidamente…?
¿Por qué el tiempo en mi espacio fluye sólida y astilladamente si los relojes digitales son capaces de encarcelarlo entre sesenta repetitivos pestañeos…?
¿Será, acaso, el espacio lo que limita al tiempo porque la alquimia de los sueños no lo deja llegar más allá de donde llega la vida…?
¡¡¡Shhhhhhhhh!!!
(Tic tac, tic tac, tic tac, tic tac)
En fin… en las noches de insomnio pierdo el tiempo…
Hola Jorge bello texto, las noches de insomnio suelen ser pesadas, pero hay que tratar de pasarlas.
ResponderEliminarBesos
Gracias, Romi, por haberme visitado.
ResponderEliminarCon aprecio.
Jorge.
Una noche lleva a la otra y la otra me trajo a este blog. Me gustó tu entrada, me pareció muy llamativa la semejanza con una entrada que publiqué hace mucho. Pero no porque desconfié de algo, sino por cómo podemos ser tan iguales a la hora de no poder dormir.
ResponderEliminarTe dejo el vínculo para que la leas, si quieres.
http://humbertodib.blogspot.com/2010/11/prision-horizontal.html
Un abrazo y voy a seguirte.
HD
Interesantes preguntas son lanzadas al pensamiento inquieto del lector...con tu permiso sumo las mias ¿ porque en un chasquido de dedos el tiempo avanza a cámara lenta, cuando en otras ocasiones se escapa veloz como agua cristalina en riachuelo naciente?
ResponderEliminar¡Será que en éstas noches de frío invierno no encuentro respuesta alguna que sea coherente!!!
Me alegra volver a leerte amigo mio.
Abrazos de luz.
Preciosa y profunda reflexión la tuya, Mara, amiga. Gracias por estar siempre en mis cosas.
ResponderEliminarUn beso.
Jorge.
Preciosa y profunda reflexión la tuya, Mara, amiga. Gracias por estar siempre en mis cosas.
ResponderEliminarUn beso.
Jorge.