lunes, 31 de octubre de 2011

Nocturnos, en clave de ausencia

Septuagésimo tercer nocturno

La primavera ventosa agoniza y el verano golpea en la puertaventana que da al balcón del departamento. Las macetas con las alegrías de jardín en varios colores florecidas, por momentos distraen al hombre. El monitor de la PC muestra el comentario de alguien que dándose de amigo le escribió que es un bohemio tonto porque ella, que es rica y bella, lo usa divirtiéndose con sus suaves, enamoradizas y sutiles apreciaciones al saberse lejana e inalcanzable. Él se pregunta si deberá responderle al entrometido o permanecer en silencio de escritura guardándose muy por dentro. Después de todo ¿no es ella una historia repetida? Es rica, inmensamente rica; cuando él es rico, inmensamente rico, en palabras y sonidos de poesías.
El viento de fin de primavera azota las alegrías y el bohemio ignora el comentario; más después se dispone a escribirle a ella. Va a preguntarle si es que, siendo rica, podría viajar a conocerlo, cuanto más no sea, montada en una estela y… y, ¡sí!, teme la respuesta.

1 comentario:

  1. Estupenda y a la vez estravagante la pregunta que el protagonista planea hacerle a la rica mujer. Teme la respuesta y nosotros nos quedamos sin saber ¿que dirá ella??? Sea lo que fuere, la furtuna de él es infinitamnete más valiosa!!!
    Hermoso tu Septuagésimo tercer nocturno.
    Gracias Jorge por compartir desde tu esencia temas tan bellos e interesantes.

    Feliz 2013

    Abrazos



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